domingo, 20 de abril de 2008

EL CONTABLE CÓSMICO.

La transversalidad de un par de cromosomas, las condiciones óptimas de humedad y un cable de la madre naturaleza hicieron que en el paritorio tres del Hospital Regional San Augusto el Mediano el pediatra comunicara a los Gorrailollas : “señora, ha tenido usted un genio”.

No se equivocaba. Genaro trazó una trayectoria académica única. Doctor Honoris Causa por el Parvulario Santo Tomás del Desasosiego, cursó educación general básica en el San Benedito de Socuéllamos. Becado por el Comité Nacional de Genios Excelsos a los seis años, nombrado Pelota Oficial en el 89 por el Royal Institute of London y titulado como Magister SuperDuper a la salida del bachillerato ( puesto creado exclusivamente para nuestro protagonista por la falta de escalones académicos superiores ), Genaro marchó al otro lado del Atlántico, concretamente al High and Obviuously Superior College of Smart Teens. Acudiendo alguna que otra mañana y repasando un poquito antes de los exámenes logró la titulación de Arquitecto de la Bóveda Celeste y Observador Cósmico sin que tuviera apenas tiempo de desahcer la maleta.

Varios ojeadores le seguían los pasos desde su titulación en Ingeniero de Superestructuras en el Campamento de Verano “La Neurona Inquieta” en el año 1996. No se podía desperdiciar un cerebro así, y las luchas intestinas por hacerse por sus servicios resultaron feroces. Genaro acudió a entrevistas de organismos interesados. Pero no esas entrevistas de trabajo a las que acudimos usted y yo; Jet privado, transporte escoltado, hoteles de seis estrellas y servicio de lameculos 24 horas.

Coincidiendo en la fecha con su entrevista en la NASA, el gobierno americano en una maniobra que llamó la atención a los medios, puso en venta Florida a una promotora de vacaciones para la cuarta edad. Con un poco más de secretismo, bajo unas mantas firmaron la venta de varios pueblos pequeños para “pruebas en ningún caso atómicas o nucleares variadas”. Según los conspiracionistas más reputados, con el dinero conseguido con la venta, la administración americana se hizo con los servicios del brillante Genaro Gorrailollas.

Estrenando traje de corte clásico, con las palmas húmedas debido a los nervios y soportando los latigazos solares en mitad del desierto, con una mano a modo de visera el genio admiraba el gran logotipo de la NASA que coronaban las instalaciones a las que había sido enviado. Un momento que quedaría marcado al aguafuerte en su memoria.

Tras las presentaciones de rigor, aliñadas por los murmullos de admiración de los allí presentes, Genaro tomó posesión de su cargo y despacho. Su primer encargo estaba a la altura de su historial estudiantil. El Comité de Control le encomendó la contabilidad de las estrellas y demás cuerpos celestes del cosmos. Genaro esbozó una sonrisa, salió de la sala de reuniones y tuvo que dar un par de portazos porque el dintel estaba un poco descolocado.

Los asistentes al Comité de Control no habían acabado de rellenar de papeles sus maletines cuando Genaro hizo su entrada triunfal en la habitación. Algunos pensaban que el niño genio venía a llorar, que soltaría “esto es mucho trabajo” o simplemente que se había perdido por los pasillos. Con las puertas aún abiertas y subiéndose las gafas con el índice derecho, Genaro pronunció “seis trillones ochocientos dosmil billones trescientos cuatro mil millones setecientos mil trescientas veintiuna estrellas”.

Phil Donahue gritó “vamos hombre, se lo ha inventado”. Algunos a la salida palmearon con suficiencia la espalda del muchacho, que les detuvo para enseñarles la documentación resultante del estudio ( dos minutos treinta segundos aproximadamente ). Ni que decir tiene que quedaron estupefactos, por su exactitud y por la limpieza de un mero borrador.

Acabada la labor y sin tareas continuadas de relevancia, hoy por hoy Genaro Gorrailollas se encarga de la Adecuación y Esterilización de Zonas Comunes de Desempeño de Tareas Propias. Para los no adictos a la burrocracia, sólo diremos que Genaro ha demostrado ampliamente que es el mejor desinfectando inodoros y sacando brillo a los azulejos.

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