domingo, 30 de diciembre de 2007

HIPOCONDRÍACO AL APARATO.

Teléfono de asistencia médica aseguradora Grinbondan Seguros. 12:01 de la madrugada.

-Bip bip bibbip
-¿Eso ha sido un doble bip, señor teléfono?
-Descuelgue ya pazguato. – said the cell phone as himself.

-Grinbondan seguros asistencia. Nuestro nombre debería llevar “m” antes de “b” pero al ser nombre foráneo tiene inmunidad ortográfica, gracias por no preguntar. Dígame.
-Oiga, esta mañana compré una tostadora.
-¿Se ha puesto enferma?.
-Bueno, no sabría que decirle.
-Lo primero que se le ocurra.
-Árbol. Verá, he comprado la tostadora, la he enchufado, he tostado pan y me lo he comido. Pero es que me ha sentado fatal.
-¿Cuáles son sus síntomas?
-Empiezo a verlo todo claro.
-Cuente cuente.
-El hombre no es libre. No hay libertad posible si un grupo de tecnócratas dictan las posibilidades entre las que se puede elegir.
-Ahora que lo dice... ¿Eso es todo?
-Por ahora sí, no me ha dado tiempo a filosofar más.
-Bien, piense usted en abstracto cada ocho horas y llámeme si se siente peor.
-Gracias doctor.

En el reloj de la consulta telefónica pasaron cinco minutos.

-Bip, bip, bipbip.
-Grinbondan seguros asistencia. No somos rápidos, no somos eficientes pero somos muy económicos, su salud es suya. Dígame.
-Soy el de antes.
-¿El de la tostadora?
-Sí, y le digo que soy el de antes.
-Ya, me lo ha comentado.
-Le digo que soy el de antes, que estoy hecho un adolescente, me creo que lo sé todo, tengo las hormonas inquietas y aborrezco las matemáticas.
-Es un síntoma común. No se preocupe. Discuta con su padre dos veces al día y llámeme si hay novedad.
-Vale tío.

En el reloj de la consulta telefónica vuelven a pasar los mismos cinco minutos de antes, que se habían olvidado de algo.

-Bip bip....bop
-Grinbondan seguros asistencia. Los únicos que estarán dispuesto a atender sus achaques imaginarios a estas horas. Dígame.
-Brillo en la oscuridad caballero.
-Eso es que está usted mejor.
-¡Vaya peso me quita de encima!
-Mañana volverá a ser el funcionario gris de antaño.
-Gracias por todo. Aquí un amigo para lo que necesite.
-La empresa me prohibe expresamente entablar amistad con los clientes. Además, soy una máquina.
-Era una manera de hablar. Buenas noches.

sábado, 22 de diciembre de 2007

SU OTRO MÍ.

Es la una de la madrugada en el reloj de sol. Un hombre cuenta los cuadros de sus zapatillas de felpa de andar por casa. Descuelga el teléfono, planta la mano en el teclado y marca un número al azar. Le responde su otro yo, vive en una dimensión paralela transversal, concretamente en un plano paralelo de Cuenca, es propietario de un perro bizco y lucha contra las hordas tiránicas de Slot el Comercial Alquimista. Pero si al protagonista de este microrelato le interesó poco el devenir de su copia interdimensional, imagino que a usted aún menos. Ambos mantienen una charla telefónica ( con tarifa plana interdimensional de cuatro a doce y sábados todo el día ).

-Lo que me pasa a mí es que no soy un alma sensible.
-Hombre, quizás sea algo que tú te imagines.
-No no, no tengo sensibilidad para nada. Es que veo una puesta de sol o una tierna flor y no me sale el emocionarme.
-Pero tampoco pasa nada, serás bueno en otras cosas.
-Hombre, ahora que lo dices, me emociono con facilidad, no me cuesta nada.
-¿Lo ves?, todo el mundo tiene unas características únicas.
-Hombre, en nuestro caso no son muy únicas.
-Tengo un lunar piloso en la base de la nuca.
-Yo lo guardé en la bolsa del pan, es verdad, no somos tan iguales...
-¿Vendrás a cenar algún día?
-Pse, ya te he dicho que no me emociona nada.
-Haré empanadillas.
-Esto...esto es demasiado para mí...no puedo soportar esta carga venidera, snif...
-Entonces, ¿te llamo yo mañana?
-Dame un toque y ya te llamo yo.
-Pues nada, a seguir bien.

Se conocieron, se gustaron y se fueron a vivir a la misma dimensión. Fue el primer caso de una dualidad sincrónica personal que intentó adoptar un niño como pareja unitaria de hecho. Le fue denegado por ciertos requisitos legales ( concretamente una fotocopia que salió demasiado oscura ).

Sin embargo aún hoy viven felices.

sábado, 15 de diciembre de 2007

EL MÉTODO DEL ÉXITO.

Las fórmulas no fallan. Nunca. De no ser así los que nos consideramos cineastas no las seguiríamos. No somos idiotas. Tenemos a un protagonista, un chico, de edad indeterminada. Tiene un tentáculo en la nuca. Conoce a una chica de aspecto humilde. Esa chica lidera en las sombras un ejército de robots que ansía conquistar el mundo. Pero su amor es imposible.

Un padre estricto, el Barón Otto Von Östengaaard, filántropo y destructor de razas se opone a esta relación. Pero el chico, al que llamaremos Louis tiene una aliada inesperada: su futura suegra. Emma Hutten, antigua agente triple, olvidada por dos de sus tres patrones siente simpatía por el chico. Le recuerda a ella misma antes de ser mujer. Y decide ayudarle.

Chico encuentra a chica, chico se enamora de chica, conflagración mundial que hace tambalearse los cimientos de la realidad misma, chico pierde chica, el Barón Otto Von Östengaaard disfrazado de perro asesina al rey de Prusia en un desfile, chico recupera chica, chico y chica son felices. Y meteremos algún gag a medias. Y puede que contratemos a algún actor famoso en horas bajas para hacer una colaboración especial.

Las fórmulas no fallan. Y a esta película la titulamos “Our personal vision of a real history of love and devotion between young hearts: the musical”.

En español se tradujo como “Vaya un par de novios”. Fue un fracaso de taquilla. Las fórmulas no fallan.

viernes, 7 de diciembre de 2007

LA MEJOR OPCIÓN.

Tras la recepción oficial celebrada en los salones de la Casa Blanca por el presidente Albert Hurray DeLuxe, este, asegurando sentirse indispuesto, se retiró a sus habitaciones, siempre pegadito a la pared y preguntando a sus consejeros antes de doblar la esquina.

Consultó con sus expertos más allegados: el retrato al óleo de su bisabuelo Jhon Caster Aleluyah Delroy Lindon y las pelusas bajo su cama. La decisión estratégica estaba tomada. Firmó la orden, la selló y la ingirió ayudado por media taza de caldo de ave. El mundo no estaba preparado para conocer aquella verdad, todavía no. Quizás en un mañana utópico.

Salió al jardín de casa armado con un dispositivo termonuclear estratégico y se bombardeó a sí mismo.

Tras eso volvió a entrar, dijo a su secretaria que no le pasaran llamadas y se tumbó bajo la cama.

Esa noche no soñó.

miércoles, 28 de noviembre de 2007

DOÑA MARÍA Y LA SORPRESA DEL AZUCARERO.

A Doña María una fría mañana de agosto le apareció una foca monje en el azucarero de la cocina. Era bien sabido por la comunidad que doña María era aficionada a inventar trolas para llamar la atención. También era aficionada a resolver sudokus a oscuras, pero eso es tema de otra tesis.

Miradas desconfiadas, dedos acusadores, una bruma de sospecha se cernía sobre la pobre doña María. Quiso el destino y un título universitario que la foca monje fuera abogado de oficio.

En el rellano de la comunidad la foca probó sin que existiera duda razonable su condición de mamífero marino. La acusación, agobiada por la demostración de profesionalidad de la fiscalía no quiso hacer preguntas y se largó a casa entre lágrimas.

Doce miembros justos ( ni uno más ni uno menos ) de la comunidad de vecinos se retiraron a deliberar. Su veredicto fue que los paños de ganchillo quedan ideales sobre el aparato televisor. Volvieron a deliberar sobre el asunto en cuestión por petición expresa de los Amigos de la Foca Monje ( que llegaban a casa en esos momentos con cervezas y cosas de picar ). El jurado acordó declarar culpable a la foca monje de ser foca monje, pagar el azúcar estropeado de doña María y a trece horas de servicios sociales.

Doña María fue liberada y vive plácidamente hoy en día en las costas del Caribe. Tuvieron dos hijos.

lunes, 19 de noviembre de 2007

POLICIAS IMPORTADOS DE HOLLYWOOD.

El subinspector de la policía metropolitana de Nueva York, Michael Leeland entró en el despacho del comisario jefe Malone....

Digo, amigo, que Leeland, que para más señas es usted, entró en el despacho...

-Usted perdone, que se me había largado el santo al cielo.

Cerró la puerta tras de sí con cuidado de no pillarse los dedos...vale, demasiado tarde...ande, vaya a echarse agua fresca, no se preocupe, lo espero...que remedio me queda, sin usted no anda esto.

¿Ya?, con tantas interrrupciones va a quedar una novela gordísima..mejor, será un bestseller con muchas páginas que la gente comprará porque lo ve grueso y con muchas letras...y haga el favor de sacarse la mano de debajo de la axila, séquese en el pantalón como todo el mundo...genial, ahora parece que ha tenido una fuga, bueno es igual, esta parte la eliminaré del borrador final y no quedará usted como el patético que es... no me haga pucheros.

Sigamos. Leeland, con una expresión en el rostro que revelaba que si no lo sabía todo tenía facilidad para inventar cosas esperaba las noticias por parte del comisario jefe.

-Leeland, tengo al gobernador sobre mis hombros.
-Sí, lo veo, que bien le salen los malabarismos con tazas al condenado.
-Tiene que encontrar a ese ladrón psicópata asesino en serie cotilla apodado Ramono
-Es un caso dificil señor.
-¡Maldita sea Leeland!
-Señor...yo...
-Con su pesimismo ha hecho llorar al gobernador y se le han caido las tazas...menudo desastre.
-Lo siento señor gobernador. Verá, lo busco y no lo encuentro. En el informe consta que cuando tiro la basura o voy a hacer la compra miro a un lado y a otro de la calle a ver si lo localizo...
-Pero si no tenemos su descripción, sus víctimas una vez fallecidas no cooperan demasiado con los agentes.
-Claro..va a ser por eso por lo que no lo veo, pero el si me conoce a mí, y su sola expresión bastará para atraparlo. Sólo tendré que mirarle a los ojos y lo sabré.
-No, no creo que lo conozca a usted.
-Bien, se está complicando la investigación.
-Leeland, sabe que lo quiero como un hijo...
-En parte porque usted es mi padre.
-Sí, en parte por eso, a usted no le importaría, digamos, ¿declararse culpable?...
-Hombre, por mi parte no hay problema, yo con tal de ahorrar papeleos, pero claro, a lo mejor el asesino de verdad se enfada... Hay otra posibilidad señor.
-Dispare...¡aparte ese arma!, ¡en sentido figurado!, desembuche.
-Podríamos cerrar el caso y asegurar que los crímenes son falsos.
-Es arriesgado...¿cómo lo haríamos?
-Podríamos decir que es una estratagema sutil de los comunistas para desestabilizar el ideal de seguridad de esta nación. Además, por la forma de sonreir, el gobernador está de acuerdo conmigo. Y ya no se le caen las tazas.
-Ahora recuerdo porqué te contraté.
-Porque mamá te obligó...te dejó sin relaciones conyugales quince minutos.
-Maldita sea, no me lo recuerde.

Este texto esta basado en hechos reales. La investigación ejemplar del detective Leeland y su padre Austin Malone....maldita sea...aquí hay un pequeño fallo...deberían tener el mismo apellido...bueno...quizás así sea mejor...esto despistará al lector....a lo que íbamos, la labor policial llegó a esclarecer la realidad de que en realidad no había caso alguno, por lo que a los agentes que habían colaborado en la investigación se le descontó la fracción porcentual del sueldo correspondiente a los quince segundos en los que trabajaron en el caso.

Leeland hoy en día vive muy retirado de sí mismo y no se da los buenos días.

El comisario Malone se compró una bicicleta estática. Actualmente la usa para colgar la ropa que se pondrá al día siguiente.

Algunos nombres propios, así como calles...que ahora que caigo no salen...y cargos de instituciones se han mantenido con fines dramáticos. De la misma manera, se han introducido algunos giros dramáticos para conservar el anonimato de los afectados.

Yo soy el asesino psicopata ladrón acusica...¿qué creían? ¿qué no había una sorpresa final?...pues no, es imposible, no pude ser yo, el día en que rodaban este spot yo estaba en casa poniéndole nombre a un ficus...adelante, le pueden preguntar a él, responde al nombre de Ignacio.

Fin

Mucho se tiene que torcer la cosa para que esto no se convierta en best-seller.

lunes, 12 de noviembre de 2007

MÁS CORNÁS DA LA INVENTIVA.

Eusebio se dio cuenta en aquella corrida de abono que algo no marchaba bien. Miró a diestro y astado. No era lógico. En mitad de la faena se levantó e hizo la faena de obligar a sus compañeros de fila numerada de encoger las piernas, con lo que se perdieron algo de la faena en plena faena.

Corrió a casa como alma que lleva a un cheque en blanco. Cerró la puerta del sótano de inventar y trabajó durante quince años descansando sólo los domingos por la tarde para asistir al bingo de la parroquia.

Con su ínfima vida social arrojada por el retrete, Eusebio salió satisfecho de su sótano de inventar con el descubrimiento que le daría fama, fortuna y un aparcamiento allí donde se encontrara: el traje de luces inflable para toreros.

Una idea simple, como la ideas simples que dan fruto en inventos simples que con buena campaña publicitaria enriquecen a personas. Pero quiso la mala fortuna que, saliendo Eusebio a la rue a mostrar su invención, el toro Chispas de la ganadería de Tuercebotas, un noble bovino zaino, bragado, aguardentoso y con tendencia a bizquear pasara por la puerta de Eusebio y con nada mejor que hacer, diole un topetazo. Eusebio, rápido en sus reflejos había intentado colocarse el traje de su invención, tirar del cordón de seguridad, inflarlo y así salvar la vida y la honra. Pero un funcionario de patentes que cabalgaba a lomos del toro Chispas se lo prohibió, porque según acta notarial, el traje de luces inflable ya fue inventado por Sir Arthur Ajoarriero en 1860 a bordo del Clipper Dipper en ruta hacia el Índico. Eso sí, el agente de patentes reconoció que también era casualidad.

Eusebio recibió cristiana sepultura el el cementerio del pueblo al que acudió la señora que le limpiaba las pelusas de casa los viernes a partir de las seis y el mismo Sir Arthur Ajoarriero, visiblemente afectado.

lunes, 5 de noviembre de 2007

MÁS ALLÁ DE LA LUNA.

Es cierto. Y como es cierto debo admitirlo. Aquí, en círculos reducidos. Un especialista intentó sonsacarme el origen de mi problema, pero no pudo. Eso sí, no fue capaz más por cabezonería por mi parte que por inutilidad suya. Es cierto...sí, es cierto que me estoy descolgando por las ramas.

Ya de pequeño tenía esa sensación extraña en la base de la nuca. Algo frío, algo atenazante, sabía que estaba en lo cierto, pero debido a mi corta edad, nadie me tomaba en serio. Cosa que aún hoy en día sucede...hombre, tiene su punto bueno, me hace sentir joven. Nos subimos en marcha a un flashback, que el próximo no pasa hasta dentro de quince minutos.

Cierto día de verano, contemplando la luna con mi tía abuela Eufrasia ( que hice pasar por mi novia ante los amigos del pueblo, causando una envida feroz ) guiñé ambos ojos a la vez y por unos instantes pude verlo. Su camisa aparentemente cara, su corbata de seis euros de lunes, miércoles y viernes...y su sonrisa. Aún cuando pago el billete del autobús recuerdo aquella sonrisa carente de humanidad y rebosante de dientes blanqueados.

Fue aquella noche de fiestas patronales cuando vi a uno de los vendedores de seguros que vive en la cara oculta de la luna.

Usted dirá, no sin razón, ¿cómo está tan seguro de que era un vendedor de seguros y no un comerciantes de altramuces de Albacete?. Porque le pregunté. Tuve tiempo de interesarme por su vida durante las tres horas y cuarto que empleó aquel ser del profundo espacio en intentar vender un seguro combinado de hogar, vida y penurias varias a un niño de doce años recién cumplidos. Que vivan en la cara oculta de la luna no los hace necesariamente inteligentes.

Hoy en día aún intento reponerme de la impresión. En la nocturnidad, de camino a un vaso agua allí en la profundidad de la cocina, paso delante de la ventana y observo de reojo el satélite...y por el rabillo del ojo veo a uno de esos comerciales agarrando un maletín de piel de becerro de imitación que intenta esquivar mi mirada. Pero no lo consigue.

Sé, porque lo sé, porque si me lo contaran a mí mandaba al interfecto a freir monas, que es dificil de creer. Pero ustedes, humanos variados, deben confiar en este testimonio. Deben vigilar los cielos. Deben temer una invasión organizada de vendedores de seguros provenientes de la cara oculta de la luna. O en su defecto, ingresen un diezmo en mi número de cuenta que mi asistente les proporcionará. Con el dinero recaudado construiré un cañón sónico con el que destruiré la luna, los comerciales no tendrán lugar para esconderse y ustedes me creerán al fin.

Y yo, sin mostrar demasiada soberbia, les diré enarcando las cejas “ ¿lo ven?, como yo decía”.

lunes, 29 de octubre de 2007

DECISIONES, DECISIONES...

Fernandito cometió el mayor error de su vida aquella mañana de julio. Sobre la mesa del comedor había dejado aquella cajita blanca, un minúsculo receptáculo que contenía su posesión más preciada. El timbre sonó porque alguien lo pulsó a la hora convenida. Fernandito abrió la puerta. Un hombre serio esperaba sin atreverse a entrar. “¿Tiene lo mío?” preguntó. Con el alma encogida, Fernandito le entregó aquella pequeña cajita.

El comprador desapareció tras entregar el dinero sin atenerse a las buenas maneras, no mostró interés por la pena reflejada en el rostro de Fernandito y ni siquiera se despidió. El arrepentido vendedor con las manos a la espalda y apoyado en la puerta cerrada no pudo contener unas lágrimas de pena. Había cometido un error.

Fernandito había vendido su mosca de la fruta que insultaba en italiano por pagar el alquiler del mes. Con los puños en alto y mirando al cielo maldijo al vil dinero.

Y de paso a su casero.

martes, 23 de octubre de 2007

ROMÁNTICO “MA NON TROPPO”.

Hermenegildo tenía una novia rubia. Esta novia rubia cierta noche de festividades feriales acaecidos en la población de la que ambos eran autóctonos, le pidió con recato pero con cierta insistencia irritante “dime que me quieres”. Hermenegildo aclaró su voz, se secó las palmas de las manos en su pantalón de franela recién estrenado y buscando inútilmente inspiración en las estrellas del firmamento le dijo aquello de:

“Angustias, debes saber que te aprecio en gran medida porque me pareces una mujer agradable en el trato a la par que a la vista.”

Angustias se sintió emocionada. Al fin y al cabo, todo el pueblo sabía que Hermenegildo era el habitante más romántico del pueblo.

domingo, 21 de octubre de 2007

PATENTE PENDIENTE IV: UNA NUEVA ESPERANZA.

Sólo unas breves frases a modo de presentación, ya verán como pronto se llena esto de letras y agradecerán los resúmenes. Sótano 71, la casa madre, ha cumplido tres años. He creido que es motivo suficiente para empezar de nuevo.

Patente pendiente recoge todo lo que Sótano 71 no ha tenido a bien albergar: literatura pura y dura. Bueno, literatura escrita por este servidor, con lo cual el término quizás le quede un par de tallas ancho.

¿Qué voy a encontrar aquí? Se preguntará inquieto. Surrealismo, humor, personajes...en definitiva lecturas para esas horas muertas en casa o en el trabajo. Lecturas gratis, si es que no se puede pedir más por tan poco.

Aún no tengo decidido si les ofreceré los relatos integros o separados por capítulos, lo decidiré en orden a su tamaño, para que no se abrumen con tanta palabra. En la recámara hay relatos para un buen tiempo, por decirlo de otra manera, “para parar el Talgo Madrid-Lugo”. No es este un experimento para unas semanas: tiene ganas de quedarse el jodío.

Poco más, a partir de ahora tienen un par de citas ineludibles: sótano 71 y patente pendiente, hermanos bien avenidos. Disfrútenlos. Se lo merecen.

Ya nos contarán.