jueves, 23 de octubre de 2008

PRESIDENT OUT.

-Lo noto extraño –dijo la primera dama.
-¿En qué sentido? –se interesó sinceramente el Doctor Allnew.
-Esta más raro que de costumbre. A veces se queda ahí unos segundos mirando a su alrededor embobado y luego se recupera.-relató la esposa del presidente Albert Hurray Jhonson retorciendo un caro pañuelo de seda.
-¿Recuerda usted algo más?, tendría que conocer todos sus síntomas.
-No, es todo...bueno, al volver de ese estado dice “pip
-Vaya por Dios –se lamentó el médico chasqueando la lengua.
-¿Es grave?
-Quizás. No quiero asustarla, pero debería verlo cuanto antes.

Linda guió al doctor por el intrincado laberinto de pasillos de la Residencia Presidencial. Torcieron un par de veces a la derecha y una a la izquierda tras pasar un busto dedicado a August November, vigésimoenésimo presidente electo. Llegaron al despacho del presidente, el pequeñito que no enseña a las visitas. La puerta estaba abierta.

Tras la mesa de despacho un ausente Hurray admiraba con los ojos abiertos a más no poder una mota de polvo que hacía lo que le daba la gana en mitad de la habitación. No reparó siquiera en los recién llegados, lo que expandió la preocupación de estos últimos.

-¿Ve doctor?, vuelve a estar en ese estado de nuevo.
-Es importante no perder la calma.
-¿Sabe ya lo que tiene?
-Es posible. Hágame un favor, vigile la puerta, nadie debe enterarse de esto.
-Lo haré –accedió dubitativa Linda.

El doctor colocó sobre la mesa el maletín negro que portaba, como es propio de todo galeno. Descorrió los pestillos y sacó su instrumental. Observó bajo la luz de las pupilas del ausente dirigente, confirmando su sospecha. Al fondo de sus pupilas se podía obervar como un pequeño reloj de arena se giraba al vaciarse cada uno de sus depósitos, en un proceso que no parecía acabar.

-Linda, mis sospechas eran ciertas. El presidente se ha colgado.
-¡Oh Dios Mío! –exclamó teatralmente la primera dama, para algo había preparado esta frase para casos de necesidad -¿avisamos a alguien?
-No, imagine el daño a su imagen. Va a tener que ayudarme.
-¿Yo? ¿Qué puedo hacer yo?
-En primer lugar debe darme su consentimiento para aplicarle el tratamiento.
-¿Es doloroso?
-En modo alguno. Sólo que no está exento de ciertos riesgos. Verá, su marido está dedicando su cerebro a algún proceso complicado, más allá de sus capacidades innatas. No podemos esperar a que se recupere de este proceso, el riesgo sería mayor.
-¿Entonces?
-Me temo que debemos resetearlo.

Linda, que se había educado para primera dama desde el jardín de infancia, no estaba preparada para esta contingencia. Miró al buen doctor con los ojos húmedos, luego a su marido, detenido en el tiempo, y tomó una decisión.

-De acuerdo. Hagámoslo. –creándose con esta decisión un universo paralelo en el que Linda se negaba en redondo, tomaba el poder y sojuzgaba el mundo, universo este del que quizás le hable otro día.
-Bien, según el modelo, su mecanismo de reset puede estar en la base de la columna o en un tercer pezón. Usted es su esposa, ¿tiene su marido una de estas protuberancias?.
-Verá doctor –comenzó a decir la primera dama mirando hacia otro lado – nuestras relaciones matrimoniales...son un poco descafeinadas, somos muy conservadores para eso...me da un poco de reparo decirlo, pero...siempre lo hacemos con ropa puesta.
-Le comprendo. Verá, esto es lo que haremos, yo le desabrocharé la camisa, usted introducirá una mano y buscará el pezón, si lo encuentra, púlselo suavemente.
-¿Porqué no lo hace usted?
-En primer lugar porque si entran y me ven hurgando indecorosamente al presidente tendremos que contarlo todo. Y en segundo lugar, mire, me da bastante vergüenza.
-De acuerdo, está bien..

Linda aventuró la mano en el pecho de su marido como el que mete un palo en un nido de víboras. Haciendo gala de su colección de muecas, hurgó hasta dar con el dispositivo, no sin sorpresa para sí misma. Pulsó levemente.

El presidente agachó la cabeza, ronroneó un par de veces y volvió a la consciencia tras unos segundos.

-Buenas noches presidente, ¿se encuentra bien?
-Por supuesto doctor, ¿qué es todo esto? –preguntó Hurray.
-Verás querido, estaba preocupada...
-Le veía cansado, eso es todo –contestó el doctor, haciendo una seña a Linda para que no lo pusiera al corriente.
-Es mi trabajo querida –contestó Hurray con su sonrisa de telediario nocturno.- Ahora, si me disculpaís, debo terminar unos asuntos.

Linda y el doctor se reunieron en el pasillo tras cerrar la puerta.

-No le cuentes nada, no es necesario.
-¿Y si vuelve a ocurrir?
-Ya sabes como actuar.

El médico se marchó por el pasillo salundando con una mano en alto sin mirar atrás. Linda esperó con toda su alma no tener que volver a pasar por ese trance.


Años después, y gracias al diario personal del doctor, encontrado tras su muerte, la trama quedó al descubierto. Gracias a él y desde entonces todos los presidentes corren bajo Linux según la ley 4-2036. Dios Bendiga Hanselsburgo.

7 comentarios:

Andrés Schmucke dijo...

Hola, pasaba por aquí para echarle un vistazo a los nominados a los premios de 20 minutos. Aunque no estamos participando en el mismo renglón vine a pedir vuestra colaboración, solo pido un voto que no enriquece ni empobrece a nadie, claro que pido ese voto siempre y cuando te haya gustado lo que viste al pasar por mi espacio. Si no te gusto lo que viste pues no votes por mí.

Tremendo blog, un saludo desde Venezuela.

Andrés Schmucke.

Southmac dijo...

Yo también participo en el concurso y te acabo de dar mi voto. Me gusta tu material.

Un saludo.

Javier Úbeda Fernández dijo...

jeje ¡Muy bueno! No te extrañe que algún día no terminemos con un botón para resetearnos. Tiempo al tiempo...

Mr.Incógnito dijo...

Veamos:

andrés: Saludos al otro lado del charco, su material será revisado debidamente.

southmac: Gracias por su voto, ha hecho usted feliz a muchas letras.

j. úbeda: Los políticos necesitarían ese botón, para pararse justo antes de meter la pata.

Hiperbreves S.A. dijo...

Buena historia sobre la deshumanización galopante. De momento, ya nos quedamos colgados, ahora sólo falta resetearnos. Somos compañeros y competidores en la categoría de ficción, así que sólo voy a pedirte 20 segundos de tu vida para que accedas a mi blog http://www.hiperbreve.blogspot.com y leas alguna de mis pequeñas historias. Si en conciencia piensas que podría merecer tu voto, adelante. Si no, me basta con que me dejes un comentario sobre lo que hayas leído. Muchas gracias.

Mr.Incógnito dijo...

solo...eso: veo que ha encontrado la segunda planta de nuestra casa. Votada queda.

raúl sánchez quiles: en un futuro podremos instalarnos algún plugin en vez de asistir a cursos. Captado el enlace, será leido con interés ( por aquí gusta mucho el microrelato y se cultiva de vez en cuando ).

Mr.Incógnito dijo...

Las cucarachas han tomado el control antes de lo previsto. Una de dos: o el apocalipsis ha llegado o habría que pensar el pasar la mopa por las esquinas.

Eso sí, tienen ustedes infraestructura audiovisual, mañana a la tele.